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LA SOBRECARGA DE LOCURA

  • Foto del escritor: De Lágrimas a Canciones
    De Lágrimas a Canciones
  • 28 oct 2024
  • 6 Min. de lectura

Desperté, es un domingo sin plan “por fin”, pensé. Por fin no tengo ningún compromiso y puedo estar en pijama todo el día descansando con mis hijas. Y así lo comencé. En un abrazo, una cobija calientita, mis dos niñas abrazandome, una de cada lado, las beso y percibo ese olor tan característico de ellas, como dulce y fresco. Me dicen “mami, te quiero”. WOW! De verdad que Dios me mandó a estos angelitos tan perfectos que saben con exactitud cuándo necesito esas palabras de afirmación. Entonces, me levanto y veo todo el desorden de la casa… claro, ayer estuvimos jugando hasta quedar dormidas, y no vi ningún problema en no levantarlo en ese momento, porque había estado buscando ese tiempo de calidad con ellas. Así que, así como jugamos, así quedó la casa. Pffff…. “ya es hora de levantar todo” pensé. Pero antes debíamos desayunar, preparé el desayuno, les di permiso de desayunar viendo la tele porque hace mucho no lo hacíamos y habían salido episodios nuevos de Bluey, nuestra serie favorita. Desayunamos y al terminar, yo sólo quería regresar a la cama. Han sido semanas pesadisimas, mucho trabajo, muchos pendientes, nuevos giros en temas legales y la hospitalización de un familiar muy cercano. No he podido descansar ni un minuto en estas últimas dos o tres semanas… pero, ¿cómo me iba a acostar? Había que limpiar todo lo del desayuno, pero al hacerlo veo que también hay que recoger lo de la noche anterior. Después recuerdo que había un proyecto escolar de halloween, pffff, lo dejé todo al último no porque así quiera, sino porque mi cabeza ha estado en otro tipo de asuntos y qué culpa me da el pensar que ese proyecto tan especial del colegio de mi hija se quedó al final. En fin, todavía hay tiempo. Rápido, terminemos de limpiar todo, veo que había mucha ropa para lavar, la meto a la lavadora, mientras limpio cocina, alzo juguetes, reviso mochilas, me siento a la tarea y recuerdo que me enviaron unos correos de la universidad en donde voy a comenzar mi especialidad. “Hijole! No revisé mi mail porque estaba en la fiscalía y en el juzgado revisando mi proceso legal! Ay no, a ver, mientras ayudo a la tarea, lo reviso…. qué? un examen? de qué me están hablando?” Bueno… por fin, eso ya quedó. Pero, había quedado con una amiga de tener una asesoría, claro… me conecto a la reunión. Fue una conversacion muy fuerte pero nutritiva. “Wow, cómo me ayudó esa asesoría! me dio mucha luz y claridad, pero también me quedé pensando en todo lo que puedo hacer para protegerme más y mejor en este proceso tan complejo de separarme de un psicópata narcisista… entonces, bueno, a ver que sigue, todavía hay cosas que resolver…. Por cierto (recuerdo) una semana más sin haber llevado a tu hija al catecismo, me lo ha pedido pero he estado rebasada de trabajo y de este rollo legal que no me deja maternar en paz… que coraje! bueno, ahorita lo resuelvo. Llamar a la parroquia, a la coordinadora del catecismo, no tuve respuesta, bueno… luego. Se queda pendiente.” Regreso con mis hijas, ya es hora de comer, seguimos sin hacer el proyecto de halloween, a ver. Coman mientras lo adelanto. De plano le llamé a mi mamá para que me apoyara, tenía mucho que resolver todavía. Tengo tantas dudas… ¿estoy criando bien a mis hijas? ¿si estoy sanando y resolviendo mi duelo? ¿cuánto durará esto? ¿podré en algún momento rehacer mi vida y volver a enamorame? ay no, yo no cruzo ese calvario de nuevo… ¿cómo? ¿no lo estás sanando? o sea, si, pero, ay no sé, no es momento de pensar eso… ¿es normal pensar en tantas cosas al mismo tiempo? ah, claro, no se te olvide que el miércoles tienes cita en el colegio con las misses de las niñas. Y no olvides que le debes a la psicóloga de tus hijas la última consulta. Pero tú tienes tu consulta mañana, acuérdate que cambiaste de horario porque quizás tienes que regresar a la fiscalía otra vez. En fin… ¿cuándo fue la última vez que tomaste vacaciones y de verdad descansaste? Ni siquiera me puedo acordar… creo que hace tres años, que me fui con mis hermanas a la playa, ahí no tenía que resolverle a nadie, pero recuerdo cómo se enfureció el psicópata y me dejó de hablar durante semanas… y eso que si le avisé con tiempo que me iba, que ellas me pagaban todo porque era un regalo de cumpleaños, que ya había conseguido quien cuidara de mis hijas para que él no se preocupara y además le dejé el refrigerador lleno de comida… pero aún así yo no me lo merecía… ¿ya aprendí a merecer cosas buenas? es difícil aprender a recibir después de estar en un lugar en donde sólo te restringen… Bueno… sí, ojalá pudiera tomar vacaciones. Descansar. Pero de verdad descansar. Por ahora lo único que quiero es quedarme en pijama, llorar, poder desahogarme y soltar todos esos años de abuso… ¿por qué me esperé tanto tiempo ahí? que horror, no otra vez no, con estos pensamientos intrusivos que me revictimizan, ya entendiste! se llama vínculo traumático, renuncia a esa culpa, no lo buscabas, ni lo merecías, recuerdas? Si… recuerdo. Ok… pero… no estaría padrísimo poder tener una separación normal y saludable? si… estaría increible, pero no es tu caso. Porque él no tiene nada de normal y nada de saludable. Pues si…. es que, a veces fantaseo con esa idea porque me siento realmente agotada y drenada. Pues si… nadie dijo que fuera fácil, al contrario, todos dicen que es un proceso sumamente complejo. Pero lo importante es que ya no estás ahí, ya saliste, tienes mucha vida por delante! Ok… si… vida que quisiera explotarla al máximo! Salir, conocer gente, divertirme… y en cambio, estoy lavando los platos al mismo tiempo en el que le pido a mis hijas que se metan a bañar, pensando en el lunch de mañana y palomeando mentalmente todos y cada uno de los pendientes que sí pude completar y los que no. Ay no, olvidé sacar la ropa de la lavadora. Ay, mi espalda me duele, es que no he ido al gimnasio…. ya debería retomar mis hábitos saludables, creo que también eso me afecta. Pues sí, pero en qué momento voy a ir al gimnasio, si el poco tiempo libre que me queda lo uso en dormir… según para descansar, pero al final tengo pesadillas como consecuencia del estrés postraumático derivado de haber vivido 14 años en violencia. 

Si, es horrible, pero… que bonito es darse cuenta que en medio de todo este caos, no estoy sola. Tengo a mi familia, amigos y tengo a Dios. Que ganas de ir mañana a la Iglesia y sentarme frente al Santisimo. En silencio, contemplarlo, dejarme descansar en El. O sea, cuando estoy ahí siento que es como asolearse. Así como cuando estás debajo del sol y solo descansas y sientes ese calorcito rico… así, siento que es como asolear el alma. Me urge ir, pero… bueno, nada más me apuro a terminar el proyecto de la escuela, meter a mi hija al catecismo, confirmar mi cita en la fiscalia, darle seguimiento al tema del juzgado, contestar el examen de la especialidad, confirmar horarios de trabajo, llamarle a mi amiga que le dije que si nos veríamos pronto, hacer el lunch de la escuela, estudiar con mis hijas spelling bee, intentar regresar al gimnasio, contestarle al colectivo feminista con el que quedé de ver unos temas, terminar mis proyectos de podcast y enviarle el correo a aquél psicólogo que podría colaborar conmigo, pagarle a la psicóloga, confirmar mi terapia, llevar a mi hija a consulta con el doctor, ver qué pasó con las clases de gimnasia de mi otra hija, juntar los documentos que me pidió mi casera para renovar la renta del depa, y… seguro hay otro pendiente más pero ya se me olvidó. 

Qué difícil es ser madre soltera y hacer todo yo sola… bueno… creo que siempre fui madre soltera. Incluso cuando estaba casada, solo que ahí tenía que ver por un señor que no lavaba ni sus calzones. Ahora al menos ya sólo somos mis niñitas y yo. Que rico. Mejor, más cómodo y liviano, la verdad. Pero si, esa carga mental tan fuerte es lo que acentúa todo mi tda y provoca cosas como… que pierda el celular todo el tiempo o que diga frases como: “¿qué te estaba diciendo?”. Bueno… ya ni modo. Todo se acomodará algún día… espero. Porque hoy era un día sin plan, y terminé siendo aplastada por todos los pendientes que tengo que planear. 


Ay no, nunca saqué la ropa de la lavadora…

 
 
 

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