Aquí voy
- De Lágrimas a Canciones
- 19 mar 2024
- 1 Min. de lectura

Con pena y congoja.
La primera no es aquella agregada a la culpa, sino al desorden y mal cometido desde el exterior hacia el corazón humano, que Dios mismo permite que se despliegue hacia su providencia, salvación y reconciliación conmigo misma y con mi salvación.
La segunda, es consecuencia del agotamiento espiritual que ha sido provocado por una auténtica violacion al alma, y que al ponerlo en manos de Aquel que me ama y me llama, puedo subir a los lugares más altos y llegar llena de dignidad, vida y fortaleza. Porque ese es mi lugar, si, a esta pobre maltrecha, triste y destruida por el abuso, Dios la ha llamado y la ha hecho su más hermosa y grande princesa.
Así que aquí voy, con la mirada en alto, los pies en la tierra y el corazón brillando de alegría de saberme merecedora de todo lo bueno y todo lo mejor. Mis pasos son seguros porque piso con la verdad, mi voz no teme del enemigo que me quiere difamar, mi cuerpo anuncia el renacimiento mental y espiritual que he sido capaz de atravesar. Porque de mi nadie volvera a abusar.
Si, me he transformado, con pena y congoja, he salido adelante de mi crisálida evolución y ahora me dispongo a defenderme, a mi y a mis hijas. Porque soy fuerte, soy capaz, soy entera y suficiente.
Así que… aquí voy. Pues no pertenezco a donde no se me permite ser yo. Pertenezco a lo más alto de mis sueños y deseos, y lo sé porque el camino ya lo comencé.
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